El proyecto deportivo del Colegios Diocesanos crece paso a paso. Sin prisa, pero sin pausa. Desde que Alberto Zoilo Álvarez se convirtiera en la cabeza visible del club estudiantil, los amarillos no han parado de alcanzar objetivos. Esta temporada, sus dos principales apuestas, el equipo juvenil y el conjunto senior, han tenido un comienzo de curso muy esperanzador en la División de Honor y la Primera División Regional de Aficionados.
Tras veinte años sin representación abulense en la máxima categoría juvenil del fútbol español, había mucha expectación en comprobar cuál sería el rendimiento de los chicos entrenados por Somoza. Encuadrado en el grupo compuesto por castellano y leoneses, madrileños y extremeños, el Colegios Diocesanos parece haberle tomado la medida a la nueva categoría de la mejor manera posible.
Cuando quedan tres partidos para finalizar la primera vuelta, los estudiantiles se encuentran en la zona media de la tabla con 15 puntos tras la disputa de doce jornadas, gracias a cuatro victorias, tres empates y cinco derrotas. Pero no sólo los números son buenos. Las sensaciones dejadas en el terreno de juego hacen ser optimistas a la hora de pensar en una salvación que supondría un auténtico espaldarazo al proyecto y al fútbol base abulense.
En cuanto al conjunto que milita en Regional, los números todavía hacen ver con más euforia el futuro a corto plazo. La Tercera División está en la cabeza de muchos. Queda mucha liga por delante. Todavía es pronto para pensar en la categoría nacional, pero el conjunto de Zamorilla es segundo de su grupo con nueve vitorias, un empate y una derrota tras haberse jugado ya el primer tercio del campeonato doméstico.
La clave de esta buena dinámica puede estar en haber mantenido el grueso de la plantilla del ascenso y añadir al plantel jugadores de superior nivel como Javi, Vicente o Javi Pérez. El objetivo del senior está claro desde los despachos: el ascenso a la Segunda División B. Sin embargo, la falta de masa social y la existencia del Real Ávila hacen pensar que no será fácil llevarlo a cabo.
Su aparición en el escenario del fútbol en la capital amurallada no ha estado exenta de críticas. Quizá la existencia de dos gallos en un coral tan pequeño sea más perjudicial que beneficioso. Como sucede en las categorías inferiores, donde las parcelas existentes que lo dividen en pequeños Reinos de Taifas han hecho más mal que bien al balompié local, puede hacer pensar que sucederá algo parecido en este caso. Si ocurre o no, sólo el tiempo nos los dirá.
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